El Tercer día, y parece que estoy de vacaciones… no porque este súper relajado y disfrutando, sino porque el tiempo pasa a un ritmo alarmante! Esta mañana casi pierdo el colectivo, porque me tuve que terminar el el post anterior… Después del trabajo, me vine a casa, comimos algo con Aneeka, y tuve que salir a buscar a alguién para fotografiar antes que se venga la noche… Me tome un colectivo hasta el próximo barrio, y me volví caminando…
Todo este tramite de encontrar a alguién me llevo casi una hora. No porque no encontré a nadie en la calle, sino porque no tuve el coraje suficiente para acercarme a alguien y preguntarle si podía…
Me faltaban dos cuadras para llegar a casa nuevamente, y me volvía con las manos vacías.
Reflexión:
Cuando me volvia a casa con las manos vacías, me agarro una especie de desesperación mezclada con cobardía… Se me aparecía la imagen de un padre volviendo a casa sin comida para sus hijos… No se si alguna vez les toco demostrarle a alguien que son capaces de algo, y por X motivos decidieron poner una excusa?
Mientras caminaba por la vereda, vi a esa persona esperando el colectivo… Pase de largo, y después de unos diez metros pegue la vuelta, y me fui directo a hacerle una pregunta – Le puedo pedir un favor? Sí, como no, me contesto, y así fue como le explique rapidito mi proyecto, y mientras le hablaba, tuve menos de 30 segundos para sacarle un par de fotos. Le pregunte por su nombre, pero me contesto ” Sin nombre por favor”. Así fue que solamente tuve otros 10 segundos para agradecerle. Fue como invitar a bailar a alguien al final de la canción 🙂
Que aprendí hoy?
- Cuando hagas algo, hazlo como si no fueras a tener otra oportunidad. De hecho, segundas oportunidades raramente suceden.
- Si sentís la sensación de que volves a casa con las manos vacías, quizá debes sentarte un día y reflexionar al respecto.
- A todos nos gusta ayudar, y mas cuando es a algún desconocido. Cuando quieras algo, pone tu corazón adelante y luego lo que queres.